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<font face="Times New Roman, Times, serif">ACCIÓN ECOLÓGICA opina<br>
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<div align="center"><b><font face="Times New Roman, Times, serif">FRENTE
A LA CONSULTA POPULAR</font></b><br>
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<font face="Times New Roman, Times, serif"><br>
En medio de una serie de escándalos de corrupción, fueron
presentadas las preguntas para la consulta popular. El proceso de
diálogo abierto para determinar los temas de la misma ha sido un
precedente importante que se distancia de las formas anteriores de
imponer agendas y de despreciar las opiniones diferentes. Esta
consulta además nos plantea que hay asuntos en los que la
participación es una condición de la democracia. <br>
Más allá de la importancia de los temas que serán presentados ante
la Corte Constitucional, Acción Ecológica quiere opinar sobre tres
en particular que tienen que ver con nuestros fines y objetivos.<br>
<br>
En la consulta se incluyeron dos preguntas por la Naturaleza. Una
relacionada con el Yasuní y los Pueblos en Aislamiento Voluntario
y otra con la minería metálica.<br>
<br>
Ambas preguntas generan dudas sobre su interpretación. Pero es
importante decir que el someterlas a consulta popular reivindica
la importancia de generar participación alrededor de lo que tiene
que ver con la Naturaleza. Bajo esta misma lógica, ¿cómo no
respetar las consultas sobre la actividad minera que se hicieran
en Pacto o en Quimsacocha?, o ¿cómo olvidar el ejercicio
democrático impulsado por miles de personas para decidir sobre el
petróleo del Yasuní?<br>
<br>
La pregunta propuesta por el presidente sobre el Yasuní habla de
ampliar el área intangible de los Pueblos en Aislamiento
Voluntario en al menos 50.000 hectáreas; parece poco, pero es una
base para discutir la importancia de ampliar la Zona Intangible
necesaria para la supervivencia de estos pueblos. <br>
<br>
La pregunta dice también que se disminuirá el área de explotación
petrolera de 1.030 a 300 hectáreas. Bajo el razonamiento del
presidente Moreno esta es una propuesta para enfrentar la crisis
climática, por lo tanto debe ser interpretada como reducción de la
extracción de crudo. Adicionalmente, hay que mencionar que ya hay
operaciones petroleras adelantadas sobre todo en el bloque 31 que,
seguramente, significan más de las 300 hectáreas. <br>
La consulta sobre minería se refiere a eliminar las actividades de
minería metálica en áreas protegidas, zonas urbanas y zonas
intangibles. El barrio San Marcos de Tundayme tenía escuela,
iglesia, plaza, centro de salud, es decir una zona urbana en un
entorno rural, que fue destruida para instalar allí la piscina de
relaves del proyecto Mirador. La pregunta en cuestión preocupa
mucho porque la minería metálica en Ecuador siempre ha buscado
asentarse en áreas frágiles, páramos, humedales, bosques
protectores, parques nacionales, y afectar a centros poblados.<br>
<br>
La tercera pregunta, menos obvia en su relación con el ambiente
aunque tiene mucho que ver, es la referida a la corrupción. Los
megaproyectos generan mega impactos; mientras más grandes son los
proyectos mayores son las oportunidades para incurrir en diversas
formas de corrupción. De allí la percepción de que los grandes
proyectos generalmente implican beneficios hacia arriba y hacia
afuera, mientras los pequeños proyectos traen beneficios hacia
adentro y hacia abajo. <br>
<br>
La corrupción tiene efectos sobre la naturaleza y los pueblos, que
deben ser reparados. Por ejemplo, el bosque seco de El Aromo,
único en el mundo y muy importante para nuestro país, fue
destruido en nombre de iniciar la construcción de la Refinería del
Pacífico, -que se la ligaba al crudo del ITT-, recurriendo a un
escandaloso sobreprecio. <br>
<br>
Sería ingenuo pensar que los intereses petroleros y mineros no
actuarán intentando mantener sus escenarios de operación; de hecho
las empresas petroleras intentarán argumentar que las 300
hectáreas son adicionales y que les permitirá extraer el crudo del
Tambococha e Ishpingo, induciendo a que el presidente Moreno caiga
en un terrible error, justamente ahora que está procurando
distanciarse de la pasada práctica de decir una cosa y hacer otra
diferente. Decir por ejemplo que se protegerá a los pueblos en
situación de aislamiento pero explotar en la zona destinada a
proteger justamente su territorio. Esto no solo sería una
incoherencia, sino también una ilegalidad de alto calibre pues
irrespeta las medidas cautelares de la Corte Interamericana de
Derechos Humanos, viola el artículo 57 de la Constitución e
incumple el Decreto Ejecutivo 2187 que delimita la zona intangible
y crea la zona de amortiguamiento y prohíbe actividades petroleras
en esta zona.<br>
<br>
Los planteamientos hechos en las preguntas sobre el Yasuní, la
minería metálica y la corrupción se insertan en contextos de
defensa de la naturaleza, los territorios y sus defensores a base
de construir verdad, y demandar justicia y reparación, que son
luchas de siempre y como siempre nos corresponde estar vigilantes.<br>
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ACCIÓN ECOLÓGICA<br>
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